Ciberseguridad en las empresas: administración, responsabilidades y riesgos
En los últimos meses, medios y expertos han subrayado con insistencia que ninguna empresa, grande o pequeña, está a salvo de un ataque cibernético. Hoy hablaré de cómo gestionar estratégicamente la ciberseguridad, qué responsabilidades deben asumir los administradores y por qué ignorar estos riesgos ya no es una opción.
La ciberseguridad como asunto del consejo de administración
Hace poco en el Reino Unido se actualizó un código de ciberseguridad que obliga a los consejos de dirección a asumir la responsabilidad directa de estos riesgos. Está claro: no es ya un asunto de TI, sino de gobernanza empresarial. Un buen consejo debe:
- Integrar el riesgo digital en la matriz global.
- Sustentar acciones con frameworks reconocidos (NIST, ISO 27001, COBIT, NIS2).
- Tener un CISO garantizado y con línea directa al consejo.
- Simular «cibercrisis» y revisar procedimientos de continuidad (BCP/DRP).
Sin esto, cualquier incidente puede paralizar operaciones, provocar sanciones por RGPD e impactar en la reputación.
Responsabilidades claras: del CISO al usuario
La seguridad no baja sola desde el consejo; requiere definición de roles:
- CISO: máxima responsabilidad sobre confidencialidad, integridad, disponibilidad.
- Administradores de sistemas: implementar accesos mínimos, MFA, Zero Trust.
- Toda la organización: involucrada con formación, detección de phishing y cultura de seguridad.
No basta con antivirus caros: el eslabón más débil es el factor humano
Riesgos reales y cómo mitigarlos
- Software obsoleto: el 32 % de los ataques aprovechan vulnerabilidades sin parchear. Parches automáticos son esenciales.
- Phishing & Ransomware: cada vez especializados y rápidos; las copias de seguridad bajo la regla 3-2-1 salvan empresas enteras.
- Amenazas internas y Shadow AI: acceso no autorizado y herramientas AI usadas sin control (caso Microsoft).
- Ataques en cadena de suministro y proveedores críticos.
Claves de gestión avanzada
- Zero Trust: nunca confiar, siempre verificar. Autenticación continua, segmentación y control de acceso.
- Monitoreo en tiempo real: SOC, EDR, SIEM o CASB/SASE para defender la nube y detectar intrusiones.
- Cultura + Formación: simulacros de phishing, entrenamientos constantes, métricas de desempeño.
- Plan de respuesta claro: roles, comunicaciones, contención, recuperación, análisis forense.
- Evaluación continua: auditorías periódicas, KPIs/KRIs, actualización constante frente a nuevas amenazas.
Administración y consejo: tu futuro depende de ello
Un consejo que no supervise la ciberseguridad está dejando un talón de Aquiles expuesto. La ciberseguridad no es un coste, es una inversión competitiva. Aceleradores como IA, IoT y teletrabajo agrandan la superficie de ataque.
Si eres un administrador o consejero: exige informes periódicos del CISO, entiende los puntos ciegos (IoT, Shadow AI, proveedores), forma y pregunta. La transparencia y gobernanza digital incrementan la confianza de inversores y clientes .
Conclusión
La ciberseguridad ya no es opcional ni exclusiva del departamento de TI. Es un pilar estratégico para:
- Protección operativa y reputación.
- Cumplimiento legal.
- Confianza de stakeholders y ventaja competitiva.
- Resiliencia frente a crisis.
Administradores, asesores y directores: el momento de actuar es ahora, no cuando ocurra el próximo ataque.